Mi hija salió como siempre… pero esta vez no llegó
Quiero contarte algo que me pasó. Era un jueves cualquiera. Sofía, mi hija, me mandó mensaje antes de salir de la prepa:
Era nuestra rutina. Le respondí con un "ok 💜" mientras preparaba un té. Mi esposo acababa de llegar y estaba cenando. Todo tranquilo. Eran las 9:42 p.m.
Vi a mi esposo con esa mirada de "¿y si…?". Revisé el celular una y otra vez, esperando ese "Mami, ya casi llego. ¡Tooodo bien!".
Ese día entendí que el mensaje de "avísame cuando llegues" no basta. En una ciudad como esta, la movilidad segura no es un lujo… es una necesidad.
Cuando el celular no suena y tú ya pensaste lo peor
Con el celular en la mano, empecé a recordar otras historias: La hija de mi vecina, que al bajarse del camión le arrebataron el celular; luego pidieron dinero para dejarla ir.
La sobrina de una amiga, que se bajó antes de una parada por un bloqueo y caminó por calles que no conocía.
El hijo de una compañera, que el transporte tomó otra ruta y no sabían dónde estaba.
Y ahí, mientras escuchaba el buzón de voz de Sofía, pensé:
"¿Qué haría si me manda 'Mamá, creo que me vienen siguiendo'…? Yo no sabría qué hacer."
Me quedé sentada, con el estómago hecho un nudo y las manos frías. Cada minuto que pasaba sin saber de ella se sentía eterno. Solo quería escuchar su voz y saber que estaba bien.
Y Sofía no llegaba...
¿Y si sí necesita ayuda y no puede avisarme?
Diez minutos después, escuché la puerta.
Corrí. La vi entrar, con su mochila al hombro. Se quedó viéndome, sorprendida al verme tan preocupada.
"¿Estás bien?", le pregunté, abrazándola fuerte.
"Se me descargó el cel, mami. Perdóname", me dijo.
Y ahí, sin poder aguantar, me solté a llorar.
"Perdóname tú… me asusté."
Al día siguiente, Sofía tenía que ir a clases otra vez. Y con solo pensarlo, sentí otra vez ese nudo en el estómago.
Quiero que Sofía siga viviendo su juventud, saliendo con sus amigas, yendo a estudiar, regresando tarde si se queda platicando. Quiero que viva tranquila.
Y yo quiero poder dormir tranquila, sabiendo que si algo pasa, tendrá ayuda de inmediato, aunque yo no esté ahí.
Lo que encontré cuando busqué cómo cuidar a mi hija sin invadirla
Unos días después de esa noche, platicando con mi vecina, le conté lo que había pasado.
Ella me miró y me dijo:
"Yo probé una app que ofrece servicios de seguridad. Si tú o tu familia se sienten en riesgo, pueden solicitar apoyo. A mí me ha salvado de varios sustos."
Me explicó que su hija también regresaba tarde de la universidad y que antes sentía ese mismo vacío en el estómago cada vez que tardaba. Pero que desde que usan esta herramienta de Movilidad Segura, ella y su hija están más tranquilas.
Ese mismo día, en la cena, se lo comenté a mi esposo y a Sofía.
Mi esposo, que pocas veces dice algo, solo dijo:
"Si existe algo que nos ayude a estar tranquilos, nos dé seguridad para la familia y que ella esté protegida, hay que verlo."
Sofía nos escuchó, y con esa sonrisa de "ya están exagerando", me dijo:
"Si es algo que me deje avisarte fácil y no me quite mi espacio, lo podemos probar."
Por qué decidimos usar una app que nos avisa (y ayuda) si algo pasa
Nos pusimos a investigar juntos, y lo que más me gustó fue que no es un localizador que la vigile, sino una herramienta para protegerla cuando más lo necesita:
- Si un día se siente insegura... Puede presionar un botón en su celular y un equipo de seguridad se activa para ayudarla, mientras a nosotros nos avisan al instante.
- Si va a regresar tarde o va a caminar sola... Puede marcar en la app la ruta que tomará. Si se desvía, recibimos una notificación para llamarle o buscarla.
- Si hay riesgos en su ruta... La app le manda notificaciones si hay bloqueos, manifestaciones o zonas peligrosas. Así puede evitarlos antes de salir.
- Si se le olvida avisar que llegó... La app me envía una notificación automática cuando llega a su destino. Ella se siente libre, y yo, tranquila.
Este tipo de herramientas me hizo sentir que, por fin, contaba con una forma real de tener seguridad para mi familia, sin depender solo de llamadas o mensajes.
Todas merecemos regresar a casa… con tranquilidad
Cuando leímos que costaba MX$279 al mes, mi esposo me miró y me dijo:
"Es más barato que una pizza, y nos da algo que no tiene precio: tranquilidad."
Sofía también lo aceptó sin quejas. Dijo que si era algo que podía usar solo si lo necesitaba, estaba de acuerdo.
Desde ese día, sé que si el "ya llegué" se tarda, Sofía no está sola. Y yo tampoco.
Porque cuidar la seguridad de mi familia ya no significa controlar, sino acompañar… incluso a la distancia.
¿Y tú? ¿Sabes qué harías si tu hija no contesta?
A veces, un minuto de diferencia lo cambia todo. Y en ese minuto, contar con ayuda puede marcar toda la diferencia.
Conoce aquí cómo funciona Movilidad Segura y por qué puede ser la herramienta que te ayude a proteger a quienes más amas, sin quitarles su libertad.
Conoce Movilidad Segura
Comentarios